Aula Dei: de la comunidad de los Cartujos a la Comunidad Chemin Neuf

La Cartuja de Aula Dei fue instalada en Zaragoza, en 1563, por Don Hernando de Aragón, Arzobispo de esta ciudad. En este monasterio, durante siglos, los monjes han dedicado totalmente sus vidas a Dios: en el silencio, la oración y la soledad del desierto, según la regla de San Bruno, fundador de la orden cartujana en 1084. Actualmente, la Comunidad Chemin Neuf se ha hecho cargo de este centro.

En el 2011, los pocos cartujos que quedaban en el Aula Dei se trasladaron a las Cartujas de Porta Caeli en Valencia y de Miraflores en Burgos. Al ser los monjes mayores y no poderse hacer cargo del monasterio, el reverendo Padre Marcelin, Prior de la Grande Chartreuse, llamó a la Comunidad Chemin Neuf. De acuerdo con las autoridades eclesiásticas españolas les confió el edificio.  El deseo de los hermanos era el de mantener en el centro la presencia de una comunidad  que asegurase el futuro religioso y espiritual. Una de las condiciones fue que no se utilizase para construir hoteles, complejos o campos de golf. Un cartujo se quedó durante un año para ayudar y explicar el funcionamiento del recinto monástico.

La comunidad Chemin Neuf  nació de un grupo de oración en 1973 en Lyon (Francia). Es un colectivo Internacional Católico, presente en 28 países, con vocación ecuménica y con derecho Pontifical, reconocido por Roma. Actualmente, cuenta con cerca de 2000 miembros: célibes consagrados (hombres y mujeres), matrimonios y familias. La orden tiene sus pilares en la tradición ignaciana, de San Ignacio de Loyola (fundador de los Jesuitas)  y en la experiencia de la Renovación carismática (creer en el Espíritu Santo y vivir bajo su guía). La Cartuja, ahora, es también un centro internacional de formación cristiana: acoge principalmente a matrimonios y familias que desean formarse para ponerse al servicio de la Iglesia y del mundo. También trabaja por la unificación de los cristianos: luteranos, evangelistas, ortodoxos, anglicanos…

Algunos miembros de Chemin Neuf deciden estacionarse, durante tres meses o un año, en otros países y así formarse mediante cursos de ética, teología, historia de los santos, vida comunitaria… En cambio en otras zonas, como en África, los objetivos consisten en ayudar a los niños de la calle, ofrecerles una educación… En  Zaragoza, en febrero de 2012, llegaron para conocer y practicar la vida en comunidad, dedicarse a la oración y ayudar en la reconstrucción del edificio. De las 25 familias que vinieron en Septiembre, dos de ellas se han quedado para seguir trabajando.

Actualmente 13 jóvenes de una organización de Alemania han acudido a la Cartuja Aula Dei para colaborar y ayudar a reconstruir el edificio mientras  practican  la fe cristiana.

Actualmente 13 jóvenes de una organización de Alemania han acudido a la Cartuja Aula Dei para colaborar y ayudar a reconstruir el edificio mientras practican la fe cristiana.

La financiación que tiene la comunidad para conservar la Cartuja es diversa: por un lado, los propios miembros Chemin Neuf  aportan una parte del salario de su trabajo; por otro lado, el Gobierno también destina una partida para arreglos del edificio; por último, las donaciones de la gente de los pueblos de alrededor (muebles, ropa, dinero,…). Otra forma de conseguir liquidez es a través de las visitas. Los sábados por la mañana se permite entrar para ver el recinto, hay que realizar una reserva previa y así se pueden organizar los grupos de 50 personas. También se puede visitar entre semana y los colegios que estén interesados en llevar a sus alumnos pueden acceder al monasterio concertando una cita. Marie-Laure Bernard, un miembro de la comunidad Chemin Neuf, afirma que un sábado puede haber un total de 300 personas visitando la Cartuja.

La Cartuja fue construida para que los cartujanos dedicasen su vida a Dios y a la oración.

La Cartuja fue construida para que los cartujanos dedicasen su vida a Dios y a la oración.

Diversas salas dividen este recinto emblemático. Una de ellas es la Iglesia Principal, donde anteriormente los cartujos celebraban, en fechas especiales, algunas misas; lo habitual era que orasen en sus celdas o en las capillas. En esta estancia se encontraban 11 pinturas de Goya que cuentan la vida de la Virgen María y la infancia de Cristo, se leen de izquierda a derecha, haciendo zig zag. Durante la crisis del Siglo XIX la Cartuja tuvo que ser vendida convirtiéndose en una industria de seda. Los propietarios usaban este habitáculo para secar las telas e hizo que algunas de las obras quedasen dañadas.

Los hermanos Buffet restauraron siete pinturas y rehicieron las cuatro restantes, respetando el tema y el orden de los cuadros. En la entrada se sigue manteniendo las estatuas dedicadas a los teólogos Bienaventurado y Tomás de Aquino, y a lo largo de la sala se encuentran otras de algunos padres de la Iglesia. Hoy en día, la comunidad Chemin Neuf se recoge en este claustro tres veces al día para rezar: matine, misa y vísperas. Además, todos los domingos hay una misa a las 12 que es abierta para todas las personas que quieran unirse.

Otra habitación es la llamada Sala Capitular, sitio donde se reunían los Cartujos para tomar decisiones o hablar de temas importantes. Actualmente, la Comunidad la ha utilizado para exponer una serie de documentos donde cuenta la historia de la Cartuja desde sus inicios hasta el día de hoy.

La comunidad Chemin Neuf expone en la Sala Capitular unos paneles informativos sobre la historia de la Cartuja: desde 1084 hasta 2012.

La comunidad Chemin Neuf expone en la Sala Capitular unos paneles informativos sobre la historia de la Cartuja: desde 1084 hasta 2012.

Por otro lado, se encuentran las 35 celdas, de la cuales 17 han sido arregladas. Los cartujos tenían una vida de oración en silencio para el mundo, no salían de ellas excepto para ir a orar a la Iglesia o a la capilla. Cada celda tiene un pequeño taller, donde realizaban los trabajos manuales, y un huerto en el exterior, donde trabajaban el campo. Lo que más llama la atención es cómo se comunicaban para alimentarse. Los hermanos se la hacían llegar a través de una ventana en la cual había una madera con cuatro caras dónde tenían escrito la cantidad de comida que necesitaban. Otro aspecto importante es que los cartujos cada vez que salían o entraban en la celda debían rezar un Ave María.

Los cartujos pasaban todo el día en las celdas, allí comían, dormían, rezaban, estudiaban, realizaban trabajos manuales y trabajan el huerto.

Los cartujos pasaban todo el día en las celdas, allí comían, dormían, rezaban, estudiaban, realizaban trabajos manuales y trabajan el huerto.

Durante el recorrido se pueden ver las 15 capillas, cada una de ellas pertenece a un santo. Cabe destacar la de la Virgen María o la de San Bruno, fundador de la Orden Cartujana en el Siglo XI.

Capillas de la Cartuja en honor a San Bruno, patrón de los Cartujos y a la Virgen María.

Capillas de la Cartuja en honor a San Bruno, patrón de los Cartujos y a la Virgen María.

Por último, en el centro del monasterio se encuentra el cementerio. Las tumbas son anónimas, ninguna tiene fecha ni nombre. Según Bernard, es lo más importante porque “no hay que olvidar de dónde venimos y hacia dónde vamos. Es el desierto del desierto.”

En el momento de esplendor de la cartuja también disponía de una granja, Marie-Laure Bernard explica que ella se lo imagina como un pequeño pueblo. Esta joven pensó en unirse a la Comunidad porque “había recibido mucho de Dios y era hora de dar y estar a su servicio.” En 1984 la Comunidad Chemin Neuf fue erigida canónicamente como Asociación Pública de Fieles. En 2009, el Instituto Chemin Neuf fue reconocido como Instituto Clerical de Derecho Pontificio.

Informa: Alicia Mellén

Fotografía: Alicia Mellén.

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