Eduardo Antonio Lolumo García – Meteorólogo, redactor y presentador.
Eduardo Lolumo destaca por su originalidad a la hora de dar la información meteorológica en Aragón TV, siempre termina su espacio con un refrán relacionado con el tiempo. Nació hace 48 años en Zaragoza. Su color favorito es el azul y entre dulce o salado escoge el jamón salado. Es un gran aficionado a la música y al cine, sobre todo a la música electrónica y a las películas de terror. Es una persona que suele ver el vaso medio vacío porque cree que siempre falta algo, se exige mucho. No le gusta ver los deportes pero sí practicar ejercicio, sobre todo la natación, el yoga e ir al gimnasio. Tiene fobia al dentista y siente claustrofobia en sitios muy cerrados. Actualmente está leyendo dos libros del autor Antoni Casas Ros: Enigma y El teorema de Almodóvar. Por: Alicia Mellén. Fotografía: Álbum personal Eduardo Lolumo.
Ha trabajado en muchos sitios antes de llegar a Aragón TV. ¿Cuál ha sido en el que más cómodo se ha sentido?
El más chulo de todos, para mí, era cuando más o menos tenía tu edad, unos 20 años, que acabé la carrera de Magisterio y aprobé una oposición. Me llamaron de interino y trabajé en un pueblo de Teruel, en Alacón. Nada, trabajé tres meses pero no me lo podía ni creer, trabajar a gusto, fuera de casa de mis padres, porque vivía en la casa de los maestros. Hacía lo que me gustaba y encima me pagaban. Hace por lo menos ya 20 años de eso, pero aún me acuerdo.
¿Cómo surgió la posibilidad de trabajar dando la información meteorológica?
Cuando te lo cuente te vas a reír mucho. Yo trabajaba en la Universidad en temas de protocolo con el rector, siempre le decía el tiempo que iba a hacer y acertaba. Un día me dijo: “Chico, tú con todo lo que sabes del tiempo y de estas cosas, ¿por qué no vas y te presentas a Antena Aragón? Yo voy a hablar con el director que tengo trato y tú vas un día”. Yo tenía ya 40 años, para cambiar de repente de un ámbito a otro era difícil. Un día cogí, llamé por teléfono y dije: “Hola, que soy tal, que ha hablado el rector con el director”, pero el rector nunca llegó a hablar con nadie. Probablemente, si no llega a ser así nunca me hubiese atrevido. Me dijeron que ya había una chica fija aunque para algún puente me llamarían. El primer puente, dos meses después, ya me llamaron, me acuerdo que tuve que hacer unos totales aquí abajo y yo pensé: ¿Y esto qué es? Claro, no sabía nada.
Yo sólo con que la chica del tiempo me llamara para preguntarme sobre cosas y luego lo dijese en la televisión ya me conformaba. Ya cuando me dijeron si quería ser hombre del tiempo lloré de la emoción y me decían: “Ya te puedes buscar otro sueño porque este ya está cumplido”. También hago algunos boletines a las ocho en radio y escribí en prensa algunos artículos sobre información del tiempo.
¿Siempre quiso ser el hombre del tiempo? ¿Por qué eligió la información meteorológica?
Siempre, siempre, siempre, para mí era un sueño. Desde pequeño yo ya dibuja mapas del tiempo. Me dibujaba a mí mismo, si me dolía la cabeza me ponía B de borrasca y en el resto del cuerpo anticiclón de buen tiempo. Cuando íbamos a la playa les dibujaba a mis padres un mapa del tiempo inventado. En realidad a mí lo que me gusta es la geografía, los paisajes de los desiertos, de las montañas, de los mares y parte del paisaje es el cielo. El tener la capacidad de prever, de anticiparse, es cosa mágica. Y es que, en verdad, el tiempo lo condiciona todo. Admiro mucho a los hombres del tiempo, tengo fotos con todos. De hecho mis juguetes de pequeño eran un atlas y la bola del mundo.
¿De dónde salió la idea de introducir los refranes?
Recuerdo que un alumno mío de la Universidad de la Experiencia, que murió, solía decir algún refrán del tiempo y acertaba. Luego me llegó un libro que hablaba de refranes. A mí no me gustaban, me sonaban a vieja, a celestina. Veía que algunos explicaban una ley física muy larga de forma breve y bien. Más tarde encontré una profesora que le gustaba mucho y me dijo de hacer un trabajo sobre la validez de los refranes. Mi primer paso fue recopilar a través de pueblos, de ciudades… pero se ha quedado inconcluso. El roce hace el cariño y me gusta porque es un tono de cierre distinto, en vez de decir: “Adiós, buenas noches”.
¿Cuál ha sido el refrán que más le ha gustado? ¿Y el más extraño que ha escuchado?
El que más me gusta de todos es “Nunca hace mal tiempo si hace el tiempo que corresponde a su tiempo”. También “Frío en invierno y calor en verano es lo sano”.
Y el más extraño: “A sol madrugador y cura callejero, ni el sol calentará ni el cura será bueno”.
Antes de salir en antena, ¿tiene usted alguna preparación especial?
No tengo ningún ritual especial, lo que sí hago es beber mucha agua, sobre todo no comer frutos secos. Una vez estaba en un pueblo para hacer un directo y un agricultor me dijo: “Mira que majica me ha salido la almendra” y me la dio a probar, se me empezó a secar la garganta, casi no me salía la voz. Lo pasé muy mal y dije ¡prohibido, nunca más!
Eduardo Lolumo comenzó a dar la información meteorológica durante los puentes y días festivos
¿Cuál es el fenómeno meteorológico que más le gusta? ¿Y el que menos?
Todos los fenómenos excepto el viento, no lo soporto, me sabe malo decirlo y más en esta ciudad. Me encanta una buena nevada, sobre todo la que hubo en el 2005 o la del 2004, que calló una nevada increíble. Si veo que cae algún copo en seguida me voy a Torrero porque sé que ahí nieva seguro. Y cuando hay tormenta me voy a Juslibol, que se ven de fabula.
¿Le preguntan mucho por la calle qué tiempo va a hacer?
Puff, a todas horas, sin parar. Yo las gafas de sol, que no las utilizaba, ahora les doy mucha utilidad. Me da mucha vergüenza, hago cada paripé con el teléfono en los autobuses. Hay momentos en los que me llega a agobiar un poco.
¿Cuál fue la última vez que fue al teatro o al cine?
Continuamente voy al cine, soy un gran aficionado. Ahora voy mucho al club Cebruna, hacen reposiciones de las películas más recientes y es bastante barato. Al teatro fui con mis sobrinas, que las lleve el día de Reyes.
¿Cómo es Eduardo Lolumo fuera de las cámaras?
Igual, no actúo. Soy así, yo no he estudiado Periodismo. Entonces igual me falta eso. Yo veo a mis compañeros como impostan la voz, pero yo no sé.
Lolumo destaca en Aragón televisión por terminar la información del tiempo con un refrán
¿Cuáles son sus hobbies o sus aficiones?
Sobre todo la música, tengo muchos discos de vinilo y me acabo de comprar un tocadiscos. Escuchar música, presentársela a la gente es lo que más me gusta. Yo antes de todo era discjockey y ponía música en los pubs. Viajar también me encanta, gano dinero para gastármelo en viajes. En verano, que es cuando tengo vacaciones, aprovecho y cuanto más lejos, mejor.
¿Qué prefiere: verano o invierno?
Me gustan las dos, el verano te da la posibilidad de ver tormentas e ir a la piscina o la playa, pero el invierno también por la nieve y por la niebla.
¿Destino de vacaciones: playa o montaña?
Para las vacaciones me gusta más el mar, me puedo pasar horas viendo las olas y no me aburro. Cuando fui a México me encantó por las playas que tiene.
¿Qué parte del día es su favorita?
La noche, soy muy nocturno, siempre estudiaba de noche, salir por ahí. Aunque el desayuno también me gusta, ese momento de levantarte y tomar el té, ahora que ya no tomo café.
¿Qué canción le pondría a un día de sol? ¿Y a un día de nieve?
Un día de sol es un día espléndido, suena a verano, a vacaciones, le pondría la de “Un rayo de sol” de los diablos; o cualquiera de los Rolling Stone o de Reggae, me suena a Jamaica, Bob Marley. Un día de nieve sonaría una de la Buena vida, que es un grupo de San Sebastian y hacen un pop distinto; aunque quizás sería más para un día de lluvia.
De no vivir en Zaragoza, ¿en qué ciudad de España le gustaría vivir?
Pues estuve en Granada y la vi muy parecida a Zaragoza. Aunque me veo viviendo más en Nueva York, en todos los sitios que voy a visitar me gustaría quedarme a vivir ahí, pero no me veo en otro sitio que no sea Zaragoza.
Una mirada especial 